Haremos dos interpretaciones de la obra de Van Gogh "La Habitación en Arlés".
Colorearemos una con colores cálidos y otra con colores fríos.
Para ello utilizaremos témperas: cian, magenta y amarillo además del blanco y el negro que mezclaremos para conseguir la más amplia gama de tonos posibles. Aquí tenéis las muestras.
La versión que hemos tomado como muestra se encuentra en el Museo Orsay de París de 1889.
Trabajaremos en el bloc de dibujo, calcando el dibujo de arriba en dos hojas para su doble interpretación cromática.
En una carta dirigida a su hermano Théo, Vincent explica lo que le incita a pintar una obra semejante: quiere expresar la tranquilidad y resaltar la sencillez de su dormitorio mediante el simbolismo de los colores. Para ello, describe: «los muros lila pálido, el suelo de un rojo gastado y apagado, las sillas y la cama amarillo de cromo, las almohadas y la sábana verde limón muy pálido, la manta roja sangre, la mesa de aseo anaranjada, la palangana azul, la ventana verde", afirmando: "Había querido expresar un reposo absoluto mediante todos estos tonos diversos». Mediante estos diferentes tonos, Van Gogh hace referencia a Japón, a sus crespones y a sus estampas. Se justifica de este modo: «Los Japoneses han vivido en interiores muy sencillos y que grandes artistas han vivido en este país». Pese a que, para los japoneses, una habitación decorada con cuadros y muebles no parezca realmente sencilla, para Vincent es «un dormitorio vacío con una cama de madera y dos sillas». Alcanza, a pesar de todo, una cierta austeridad, por su composición constituida casi únicamente de líneas rectas y por la combinación rigurosa de superficies de color que compensan la inestabilidad de la perspectiva.
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